Marco Garza Economista

El Puerto Colombia se consolida como un nodo fronterizo binacional para potenciar el comercio exterior de Norteamérica

La historia de Nuevo León siempre ha estado ligada a conflictos fronterizos relativos al control de las aduanas con Estado Unidos.

Desde el gobierno de Santiago Vidaurri, en los tiempos de Juárez, la disputa de las rentas federales de las aduanas llevo a que Nuevo León dejara de tener frontera con EU.

La situación se revirtió con Bernardo Reyes, quien por motivos políticos y militares, y ante la imposibilidad de recuperar la franja fronteriza de Tamaulipas, negoció con Coahuila una permuta del territorio de Candela y la zona de San Antonio de las Alazanas por una franja fronteriza de 14 km, en la cual se asienta hoy el Puerto Fronterizo Colombia, uno de los cruces internacionales más modernos entre México y EU.

El Puente Colombia, ubicado en el municipio de Anáhuac, Nuevo León, cuenta con un parque industrial de 405 hectáreas que alberga empresas logísticas con bodegas fiscales e instalaciones de cuartos fríos, además de ofrecer infraestructura especializada para el manejo de sustancias peligrosas, y de ganado bovino destinado para exportación.

Está también preparado para manejar cargas sobredimensionadas y un alto volumen de cruces. Y en cuanto a seguridad, tiene presencia de la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina, la Guardia Nacional y la Fuerza Civil, que es la policía estatal de Nuevo León.

Existen importantes proyectos estratégicos que proyectan al Puente Colombia como un nodo fronterizo binacional que facilite y potencie el comercio exterior en Norteamérica.

Entre ellos hay desarrollos carreteros a ambos lados de la frontera, pero quiero destacar dos proyectos binacionales que recientemente autorizó el presidente Donald Trump relativos al Puente Colombia.

En primer lugar, el permiso para que Laredo, Texas, y el Gobierno de Nuevo León, aumenten de ocho a 16 carriles el Puente Colombia, para facilitar el transporte de carga entre ambas naciones.

En segundo lugar, la autorización a la empresa Green Corridors para construir y operar una vía comercial elevada, y un puente fronterizo para conectar terminales interiores de carga en Monterrey y Laredo.

El crecimiento del Puente Colombia se ha acelerado como resultado del dinamismo económico de Nuevo León, el cual demanda una plataforma logística de gran capacidad. Tanto este dinamismo en el estado y su frontera, como la expansión del propio Puente Colombia, son muestra de que existen agendas proactivas y constructivas entre México y Estados Unidos, y de que no toda la relación bilateral está marcada por la disputas.

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